ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
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Amparo Romero Vásquez
Orden de la Democracia "Simón Bolívar"
en el Grado Cruz Gran Caballero
Orden de la Democracia "Simón Bolívar"
en el Grado Cruz Gran Caballero
Condecoración de la Cámara de Representantes
por su vida y por su obra.
EVENTO DE ENTREGA
Julio 3, 2008. Comfandi, Cali
REGISTROS DEL ACTO
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(Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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con la medalla y el pergamino entregado
Fotografías: MIC de NTC …
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El pergamino
Pendón de la Fundación de Poetas Vallecaucanos
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La mesa principal Armando Barona Mesa, José Tyrone Carvajal, Ciro Edgardo Cortes,
Amparo Romero Vásquez y ... ... .
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José Tyrone Carvajal interviene en nombre de la Cámara de Representantes.
Próximante texto y audio.
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Imposición de la medalla
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La Poeta Amaparo Romero interviene y agradece.
Próximaente texto y audio.
....
Poesía en tiempos de guerra.
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“Si degüellan a un niño y sus verdugos tiran su cadáver al lodo
Y en las arterias del cielo se despliegan los funerales de la luna
Y la sangre corre entre la tierra seca que dirías tú?
Ibrahim Tougan
Próximamente audio.
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Pendón de la Fundación de Poetas Vallecaucanos
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La mesa principal Armando Barona Mesa, José Tyrone Carvajal, Ciro Edgardo Cortes,
Amparo Romero Vásquez y ... ... .
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José Tyrone Carvajal interviene en nombre de la Cámara de Representantes.
Próximante texto y audio.
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Imposición de la medalla
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La Poeta Amaparo Romero interviene y agradece.
Próximaente texto y audio.
....
Poesía en tiempos de guerra.
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“Si degüellan a un niño y sus verdugos tiran su cadáver al lodo
Y en las arterias del cielo se despliegan los funerales de la luna
Y la sangre corre entre la tierra seca que dirías tú?
Ibrahim Tougan
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Entre mis manos están ahogándose los gritos, mientras descubro debajo de las piedras hombres que danzan con una aguja en su ojo. El abismo es una sombra exacta a los niños que persiguen la niebla, la soledad teje pájaros siniestros, es como la nada deshaciéndose en las calles, entre los amantes la soledad es insaciable. Bajo el sol hay Hombres parecidos a un árbol ciego. Antes las mariposas albergaban el bosque, y su aleteo no se escuchaba al otro lado del mundo, ahora la guerra se mete entre las sábanas, tiñe de púrpura las paredes del cuarto, agujerea los libros, a los hombres los masacran para después abrir sus tumbas y contar uno a uno sus huesos, los que están amarrados a los árboles los fustiga un rocío de un fuego, ese vacío repetido, esa lobreguez que hace astillas la noche, y seguimos caminando por las calles sin espantarnos por la desolación que araña la tierra, por los farsantes que ofrecen olivos y tomillos, y siguen los cadáveres plañendo en las aceras su soledad sin nombre. La tierra esta llena d trampas como un hondo silencio. Los muros que contienen la ciudad nombran el largo sollozo de los funerales, mientras el suicida explora el laberinto, y planta su miedo en el ladrido angustioso de los perros. Tiempos estos cuando florecen lunas de asco entre los ojos y el cielo es un rugir de dientes, y la sangre sólo escucha como cae la lluvia sobre los labios secos de los transeúntes, cuando los niños ni en el vientre de sus madres tienen agua pura para lavar sus manos que aún sin palpar la tierra vienen marcadas por el residuo de las bombas. Tiempos de vigilia donde los poetas rugimos y sin ningún pudor nos devoramos unos a otros, y nos sacamos los ojos para sabernos vivos y a salvo. Tiempos difíciles donde publicar es ir grabando a punta de alfiler los poemas y que se extraen desde el fondo, los cuentos que como metal endurecido narran sus hazañas, esa infinitud de palabras que como dardos cruzan la herrumbre, que como falsas estrellas hacen su ronda entre el oro de las sombras. Publicar: sentarse a esperar la brisa con un lápiz de plomo entre los dedos. Tiempos oscuros, donde convocar a una lectura de poemas es quijotesco, acto que nos hace cómplices de ese mover las aspas de los molinos de viento, y restituir los dioses que habitan el alba y los atardeceres. Y nos quedan otras dichas a la entrada de la ciudad desierta: la brevedad del mundo, la música que teje el musgo tibio, ese hurgarnos, verter el caos, escribir con el olvido esa memoria de besos, y pensar que en el primer paraíso la poesía hizo parte del comienzo, háganse las aguas, y las aguas surgieron, agua para apaciguar el fuego, el agua como la sangre de la tierra, onírica como una ficción. Y se creó la luz, y la luz era blanca sobre las gacelas, y eran visibles los ángeles y todas sus lunas. Y quedó la poesía como una exhortación, y quedaron tatuadas en la piel de los hombres, palabras que no ha escrito nadie, y quedó la poesía para dragarnos hasta encontrar los otros, hasta hallar lo insalvable, para contemplar el árbol invertido que llevamos dentro, la zarza de nuestros pies. Nos queda la dicha de una escritura que si no nos salva, nos dona la locura-río insospechado que nos acerca al infinito de la piedra, y nos hace tan próximos a las esfinges de barro que somos, al azogue que encierra la ceniza, a ese soplo que cruzar el ojo de la aguja. Dichosos los poetas porque al atravesar el desierto no hay ningún oasis, sólo agua de la sal, agua de las otras aguas. Creo en la magia de ovillarme hasta y convertirme en esa gravitación que todo lo atrapa, en ese vasto reino que es el olvido. Hay en mí una fisura por la cual respiro, por la que voy blandiendo mis espadas, esa fisura me permite oír, mirar, sentir, en ella cabalgo mi miedo, planto mis almendras secas, y me levanto y me yergo, y estoy aquí para decir gracias a los míos por el amor de todos los días, por ayudarme a crecer en este oficio que es la vida misma. A Ciro Edgardo por estar en el centro del lago, en mi mar imaginario, en ese cielo de albas y tinieblas, en esa extraña nube que nos convertirá en ínfima partícula de arroz para los peces, por permanecer en el azorado acento de la sílaba, en el olor de la tinta, al borde del estanque, en la finitud del día y de la noche. Al Doctor Tayrone Carvajal por sopesar en medio de los avatares de la cotidianidad, mi vida y mi obra, mi gratitud por el reconocimiento a mi escritura en estos tiempos donde aúllan los lobos en la alta torre, por exaltar mi existencia en una época de brebajes y llamas donde la condición humana contiene multitud de artificios y la belleza es aciaga como la muerte. Y como pertenezco a esa legión de ciegos que escriben para no dejarse morir, no puedo sustraerme de experimentar el deseo entrañable de continuar tratando de esclarecer si los leopardos duermen al otro lado de mi puerta, o si por siempre tendré el coraje de enfrentar la grisalla del paisaje. Esta condecoración la recibo con la certeza que la poesía que he escuchado durante estos trece años de trabajo con la fundación de poetas vallecaucanos, ha sido el construirme con la voz de todos los poetas, los que he leído desde niña, los que he escuchado en este trasegar, sus lámparas han sido como un girón de oro, como gavilla de fuego, como si tuviera conciencia de todas mis vidas repetidas. Seguiré caminando como el más anónimo de los transeúntes, pensando en las complejidades del paraíso, en la alucinada tarea de las constelaciones, en la fehaciente soledad de los hombres.
Entre mis manos están ahogándose los gritos, mientras descubro debajo de las piedras hombres que danzan con una aguja en su ojo. El abismo es una sombra exacta a los niños que persiguen la niebla, la soledad teje pájaros siniestros, es como la nada deshaciéndose en las calles, entre los amantes la soledad es insaciable. Bajo el sol hay Hombres parecidos a un árbol ciego. Antes las mariposas albergaban el bosque, y su aleteo no se escuchaba al otro lado del mundo, ahora la guerra se mete entre las sábanas, tiñe de púrpura las paredes del cuarto, agujerea los libros, a los hombres los masacran para después abrir sus tumbas y contar uno a uno sus huesos, los que están amarrados a los árboles los fustiga un rocío de un fuego, ese vacío repetido, esa lobreguez que hace astillas la noche, y seguimos caminando por las calles sin espantarnos por la desolación que araña la tierra, por los farsantes que ofrecen olivos y tomillos, y siguen los cadáveres plañendo en las aceras su soledad sin nombre. La tierra esta llena d trampas como un hondo silencio. Los muros que contienen la ciudad nombran el largo sollozo de los funerales, mientras el suicida explora el laberinto, y planta su miedo en el ladrido angustioso de los perros. Tiempos estos cuando florecen lunas de asco entre los ojos y el cielo es un rugir de dientes, y la sangre sólo escucha como cae la lluvia sobre los labios secos de los transeúntes, cuando los niños ni en el vientre de sus madres tienen agua pura para lavar sus manos que aún sin palpar la tierra vienen marcadas por el residuo de las bombas. Tiempos de vigilia donde los poetas rugimos y sin ningún pudor nos devoramos unos a otros, y nos sacamos los ojos para sabernos vivos y a salvo. Tiempos difíciles donde publicar es ir grabando a punta de alfiler los poemas y que se extraen desde el fondo, los cuentos que como metal endurecido narran sus hazañas, esa infinitud de palabras que como dardos cruzan la herrumbre, que como falsas estrellas hacen su ronda entre el oro de las sombras. Publicar: sentarse a esperar la brisa con un lápiz de plomo entre los dedos. Tiempos oscuros, donde convocar a una lectura de poemas es quijotesco, acto que nos hace cómplices de ese mover las aspas de los molinos de viento, y restituir los dioses que habitan el alba y los atardeceres. Y nos quedan otras dichas a la entrada de la ciudad desierta: la brevedad del mundo, la música que teje el musgo tibio, ese hurgarnos, verter el caos, escribir con el olvido esa memoria de besos, y pensar que en el primer paraíso la poesía hizo parte del comienzo, háganse las aguas, y las aguas surgieron, agua para apaciguar el fuego, el agua como la sangre de la tierra, onírica como una ficción. Y se creó la luz, y la luz era blanca sobre las gacelas, y eran visibles los ángeles y todas sus lunas. Y quedó la poesía como una exhortación, y quedaron tatuadas en la piel de los hombres, palabras que no ha escrito nadie, y quedó la poesía para dragarnos hasta encontrar los otros, hasta hallar lo insalvable, para contemplar el árbol invertido que llevamos dentro, la zarza de nuestros pies. Nos queda la dicha de una escritura que si no nos salva, nos dona la locura-río insospechado que nos acerca al infinito de la piedra, y nos hace tan próximos a las esfinges de barro que somos, al azogue que encierra la ceniza, a ese soplo que cruzar el ojo de la aguja. Dichosos los poetas porque al atravesar el desierto no hay ningún oasis, sólo agua de la sal, agua de las otras aguas. Creo en la magia de ovillarme hasta y convertirme en esa gravitación que todo lo atrapa, en ese vasto reino que es el olvido. Hay en mí una fisura por la cual respiro, por la que voy blandiendo mis espadas, esa fisura me permite oír, mirar, sentir, en ella cabalgo mi miedo, planto mis almendras secas, y me levanto y me yergo, y estoy aquí para decir gracias a los míos por el amor de todos los días, por ayudarme a crecer en este oficio que es la vida misma. A Ciro Edgardo por estar en el centro del lago, en mi mar imaginario, en ese cielo de albas y tinieblas, en esa extraña nube que nos convertirá en ínfima partícula de arroz para los peces, por permanecer en el azorado acento de la sílaba, en el olor de la tinta, al borde del estanque, en la finitud del día y de la noche. Al Doctor Tayrone Carvajal por sopesar en medio de los avatares de la cotidianidad, mi vida y mi obra, mi gratitud por el reconocimiento a mi escritura en estos tiempos donde aúllan los lobos en la alta torre, por exaltar mi existencia en una época de brebajes y llamas donde la condición humana contiene multitud de artificios y la belleza es aciaga como la muerte. Y como pertenezco a esa legión de ciegos que escriben para no dejarse morir, no puedo sustraerme de experimentar el deseo entrañable de continuar tratando de esclarecer si los leopardos duermen al otro lado de mi puerta, o si por siempre tendré el coraje de enfrentar la grisalla del paisaje. Esta condecoración la recibo con la certeza que la poesía que he escuchado durante estos trece años de trabajo con la fundación de poetas vallecaucanos, ha sido el construirme con la voz de todos los poetas, los que he leído desde niña, los que he escuchado en este trasegar, sus lámparas han sido como un girón de oro, como gavilla de fuego, como si tuviera conciencia de todas mis vidas repetidas. Seguiré caminando como el más anónimo de los transeúntes, pensando en las complejidades del paraíso, en la alucinada tarea de las constelaciones, en la fehaciente soledad de los hombres.
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Amparo Romero Vásquez
Santiago de Cali VII-3-08
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Amparo Romero Vásquez
Santiago de Cali VII-3-08
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CONCIERTO
El conciertoPróximamente audio.
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La Poeta Amparo Romero comparte con su señora madre.
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La poeta Amaparo, Ciro edgardo Cortes y Tyrone Carvajal
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La poeta Amparo y Gabriel Ruiz, Director de NTC …
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Portal-blog complementario a NTC ... Nos Topamos Con ... .
http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
.http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
Amparo Romero Vásquez
Orden de la Democracia "Simón Bolívar"
en el Grado Cruz Gran Caballero
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Tarjeta
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(Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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Tarjeta de invitación a la entrega de la condecoración
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La poeta Amparo Romero Vásquez
en el Parque de los Poetas de Cali.
Febrero 29, 2008.
http://parquedelospoetas-cali.blogspot.com/2008/02/recital-en-el-parque-febrero-29-2008.html
Fotografía: MIC de NTC …
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La Cámara de Representantes
La Biblioteca Adultos del Centro Cultural Comfandi
la Fundación de Poetas Vallecaucanos
Tienen el honor de invitar
a la entrega de la condecoración:
Orden de la Democracia "Simón Bolívar" en el Grado Cruz Gran Caballero
Por su vida y por su obra
a la poeta y escritora caleña:
Amparo Romero Vásquez
Acto que se llevará a cabo el día jueves 3 de julio de 2008
Centro Cultural Comfandi , calle 8 No.6-23 Piso 3, 6:00 p.m.
Concierto. Copa de vino
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Francia Lorena Muñoz R.
Jefe de Protocolo Fundación de Poetas Vallecaucanos
de Fundación de Poetas Vallecaucanos < fundaciondepoetasvallecaucanos@hotmail.com >
para : NTC … y otros
fecha 27-jun-2008 1:21
asunto CONDECORACIÓN
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La poeta Amparo Romero Vásquez
en el Parque de los Poetas de Cali.
Febrero 29, 2008.
http://parquedelospoetas-cali.blogspot.com/2008/02/recital-en-el-parque-febrero-29-2008.html
Fotografía: MIC de NTC …
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La Cámara de Representantes
La Biblioteca Adultos del Centro Cultural Comfandi
la Fundación de Poetas Vallecaucanos
Tienen el honor de invitar
a la entrega de la condecoración:
Orden de la Democracia "Simón Bolívar" en el Grado Cruz Gran Caballero
Por su vida y por su obra
a la poeta y escritora caleña:
Amparo Romero Vásquez
Acto que se llevará a cabo el día jueves 3 de julio de 2008
Centro Cultural Comfandi , calle 8 No.6-23 Piso 3, 6:00 p.m.
Concierto. Copa de vino
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Francia Lorena Muñoz R.
Jefe de Protocolo Fundación de Poetas Vallecaucanos
de Fundación de Poetas Vallecaucanos < fundaciondepoetasvallecaucanos@hotmail.com >
para : NTC … y otros
fecha 27-jun-2008 1:21
asunto CONDECORACIÓN
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