domingo, junio 24, 2007

LILIANA NOREÑA MARIN. Libro, lanzamiento

"REFLEJOS DE UN ALMA FRAGMENTADA"
Libro de la poeta
LILIANA NOREÑA MARÍN
Lanzamiento. Registro del evento.
Cali, Junio 21, 2007
Tarjeta de invitación al evento
(Clic sobre las imágenes para ampliarlas. Clic en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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Ramo de flores que adornó la mesa
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Carátula del libro
Detalles del libro:
Fundación de Poetas Vallecaucanos, Junio 2007
Título: Reflejos de un alma fragmentada Autora: Liliana Noreña Marín
Diseño y diagramación: Liliana Noreña Marín y María Fernanda Escobar Rodríguez
Fotografia: Johnny Rasmussen
Diseño de portada: Liliana Noreña Marín y María Fernanda Escobar Rodríguez ,
@ Todos los derechos reservados .Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio, sin permiso del editor .ISBN: 978-958-44-1287-4
Impresión: LitoColor Impresores Ltda. Cra 5 N° 18-23 Tel. 883 4296
Santiago de Cali, Valle del Cauca. Colombia.
Formato. 13.3 x 20.8 x 1.0 cms. 156 páginas.
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En la página 155 se lee:
“Este libro fue posible gracias al apoyo de la FUNDACIÓN DE POETAS VALLECAUCANOS”
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Logo de la Fundación de Poetas Vallecaucanos (1.995-2.007, 12 años)
en la contracarátula del libro
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La autora lee algunos de sus poemas del libro

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La mesa principal (Ciro Edgardo Cortés, Liliana Noreña Marín y Mhyrveán Quiñones R.)
y la presentadora del evento, Poeta Amparo Romero Vasquez.
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La poeta firma algunos de los ejemplares de su libro
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BREVE RESEÑA BIOGRAFICA DE LA POETA
Liliana Noreña Marín nació en Cali el 12 de Abril de 1.986. Finalizó en junio de 2003 bachillerato en el colegio de San Luis Gonzaga. En la actualidad es estudiante de Ingeniería Química de la Universidad del Valle .
Actividades en las que ha participado:
Recital organizado por la Fundación de Poetas Vallecaucanos en el marco de la XII Feria del libro del pacífico en la Universidad del Valle en septiembre de 2006
Recital organizado por la Fundación Escribir No Muerde en Marzo de 2006
Recital de Jóvenes Poetas que organizó la Fundación de Poetas Vallecaucanos en Agosto de 2005 XXI Encuentro de Mujeres Poetas en Roldanillo en julio de 2005
“Cuento del Jueves: Adolescencia y Poesía”, recital poético realizado en el Centro Cultural de Cali en Noviembre de 2002
XVIII Encuentro de Mujeres Poetas en Roldanillo en julio de 2002
XVII Encuentro de Cuento Corto y Prosa Breve “Viva lo breve 2001”, realizado por la Cámara de Comercio de Cali
Libros sin editar : En el agosto azul de tu boca
Libro editado: Reflejos de un alma fragmentada
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TEXTOS DE LA PRESENTACIÓN
* Del evento, por la Poeta Amparo Romero Vásquez
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** PRESENTACIÓN De la Poeta Liliana por el Dr. Mhyrveán Quiñones R. (1)

PRELUDIO PARA UN CONCIERTO DE TERNURAS. Prólogo del libro
Si yo no conociera a esta niña, que a fuerza dulce de versos se me creció y es mujer en la plenitud descansada de la prosa, y en el incendio maravilloso de los versos, me estaría confesando de infinito asombro, y un incendio de metáforas, y mil volcanes de poemas, me arrebatarían el alma sin duda alguna hasta el Olimpo, en donde se dicen que los dioses del amor, fraguan carbones de rojos destellos para incendiar el universo todo, en besos florecidos de llamas y de velos.

Hace apenas unos años en compañía de su padre y con la suave complicidad de una madre, quien para ella ha sido musa y crisol, le cantaba aquella bella melodía que reza sin ambages y sin modestias falsas: “qué poquito hace, te arrullé en mis brazos… cuánto diera porque no crecieras, porque fuera eterna tu dulce niñez…” pero, intonso de mí, y miope mi alma, que en aquel entonces no pergeñé en modo alguno que habría de verla crecer para que entre los dos entonáramos el preludio del concierto más bello, que en la poesía como en un sacramento de amores y consuelos, se traduce a través de la palabra, que es magia, que es milagro, y portento de todo humano sentimiento.

Creció la niña, y en ese crescendo, las notas modulantes y modulares de sus versos, se nos ha convertido en el concierto que hoy en nuestras manos está, y que resuena con todos sus compases en nuestras almas y en nuestros corazones.

Abrí la lumínica pantalla, y mis ojos estallaron en luces de arreboles mientras mi alma en gritos de silencios leía con presurosa calma: “REFLEJOS DE UN ALMA FRAGMENTADA”.

Le impuse silencio a mi silencio. Como en una tromba o tropel de mil jinetes, todos largados en la gran planada, devoré uno a uno sus versos, y volví a repetir mi amoroso sacramento, hasta que una embriaguez de íntima locura desvaneció en versos triturados, ya por la ocurrencia, ya por la ternura, ora por la contundencia, ya por la libre expresión del sentimiento, todo el silencioso asombro que como divina urticaria me había producido desde sus inicios.

Hubo una pausa. Volví a leer. La madrugada me sorprendió coqueta filtrándose por los espacios burbujeantes de la blanca cortina de mi teologal despacho.

Esto fue un parto de dulces estrujamientos, y un recrear de nuevo la palabra que apenas si se me antojaba balbucir en tierna adolescente.

Por aborrecer desde niño el pecado de soberbia, volví a leer por vez octava: Reflejos de un alma fragmentada.

Después, hube de confesarme no de soberbia, aborrecible untura de Satán en el alma del poeta, sino de ese otro pecado que nace de la incapacidad primera de ver y de sentir las cosas bellas desde el comienzo de su plena esencia. Esto ya no es balbucir. Es simplemente el lenguaje de mujer que hecha poemas, se adentra en el alma de a quien ella se acerca, como saeta de asombros modulantes que dejan en el ser profunda huella.

No puedo en nombre ni a nombre de nadie ni de alguien, deslindar el sentido del afecto que a ella me une, bajo la máscara de ridícula objetividad, en este caso, y limitarme a una glosa de acartonado academicismo o en su defecto a una literaria crítica que no es otra cosa, a mi parecer, que la ira que a algunos escritores les produce, la excelsitud de la creación de otros.
Yo tengo que ser yo. Sentir lo que el otro siente. Vivir cuanto en el otro vibra, y amar lo que la otra ama.

Aquí estoy yo, mi pequeña gran poeta.

Gracias por permitirme vivir en tus estancias, y cobijar mi desnudez creciente bajo el dulce calor de tus frazadas, tejidas todas con palabras que brotan de tu alma.

No quise glosar uno a uno tus poemas, porque eso es para mí dar una explicación de lo sentido, y el poema como el amor no se explican, ni la palabra se destroza toda, sino que se amasa en la cavidad del alma y se cuecen en las brasas que de la esperanza saltan.

Por lo de más, y por lo de menos más, ¿Qué objetivo tendría hacer de tus poemas un examen, si eres tú misma, cantera de figuras literarias, y arrullo de suspiros que se me antojan canciones que despiertan a la luz de la alborada?

Sigue escribiendo poeta; sigue con tu pluma de irreverencias llena, colmando de ilusiones este universo que de ausencia de amor muere, porque el cáncer del oprobio en la palabra ha hecho metástasis de duelos y entierro de las almas. Sigue escribiendo poeta; sigue blandiendo tu pluma con suaves y divinas ocurrencias, para que sea sano el cuerpo, y luminosa el alma de quienes se acerquen al fuego y al calor de tu palabra. Sigue escribiendo poeta; para que con tus versos los dos, con los dos el mundo entero, nos abracemos en la raíz profunda de los versos, que está justamente en la hondura profunda de la divina entraña.

Guarda tu Alma Fragmentada, para entre los dos y a dos manos, podamos zurcirla nuevamente en los talleres del Olimpo bello en donde cada verso tuyo, y cada suspiro mío conformen la más dulce y perfecta de toda poética puntada.

Un abrazo,
Mhyrveán Quiñones R.
Chinchiná, Caldas, Febrero 2007
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(1) Mhyrveán Quiñónes R.
Teólogo y psicólogo.
Se desempeñó como docente en la Universidad Luís Amigó de Manizales y en el colegio oficial San Francisco en Chinchiná, siendo rector de este último durante varios años.
Es un ser de excepcional sensibilidad, de criterio firme y resuelto, pero no exento por ello mismo de un practico sentido de sencillez y nobleza.
Su vida, se ajusta a los mas rigurosos cánones de ética y de profunda religiosidad todo ello avalado por una vida de disciplina y de rigor casi de cenobio.
Dr. En Filosofía y letras por la Universidad Saint Sulspice de París. Dr, en Sagrada Teología del Pío Lateranense de Roma. Escriturista y Consultor de la Sagrada Congregación Bíblica con sede en Jerusalén. Pedagogo Reeducador, lingüista y políglota. Escritor y poeta.
Participante en el vigésimo sexto Concurso mundial de poesía mística Fernando Rielo, en Madrid, España, año 2006 . Nominado recientemente entre el grupo de personas más inteligentes del país por la Fundación Nacional de intelectuales, dependencia del Ministerio Nacional de Educación. Galardonado con varios premios a nivel nacional e internacional.
Su obra es muy extensa, aunque no editada. Son más de doscientos poemas.
Autor del Juramento ecológico, conocido a nivel nacional e internacional, obra que cada dos meses la Revista Cultural de la UNESCO, publica en diferentes idiomas
Autor de un extenso himnario en el que destaca Plegaria por la paz plegaria leída solemnemente por el Dr. Julio César Turbay Ayala, en la fiesta Nacional del Sagrado Corazón de Jesús
Articulista de los periódicos La patria de Manizales y El Espectador de Bogotá D.C.
Conferencista y orador.
Presentador del programa de televisión De la mano con la cultura del canal de Chinchiná, Caldas.
Ha publicado los siguientes libros:
Cincuenta preguntas para cincuenta respuestas breves. Libro de reflexión, 1978
Pequeñas cosas por un grande amor. Poemario, 1990
Aquí entre nos. Libro de reflexión, 1996
Poemas para pasar el tiempo soñando. Poemario, 1997
Despeinaré la noche. Poemario, 2004
Para que no lo olvides. Libro de reflexión, 2006
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--- PRESENTACION de la POETA por Ciro Edgardo Cortés
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PALABRAS INTRODUCTORIAS DE LA POETA
Santiago de Cali, Junio 21 de 2007

En la soledad de mi nada anudo fragmentos irreconciliables de mi alma para armar, por fin, el espejo, que me dirá quién soy.

He aquí mi primer hijo. Una especie de engendro armado a trozos, hecho de pedazos antiguos y recientes, con distintos colores de piel que dejan en evidencia distintas madres, diversas épocas de concepción. Porque no fue una sola quien los creó, estos poemas han sido escritos con todos mis yo, cada uno tan diferente del otro que resulta imposible abarcarme como un todo. Así es mi alma: fragmentada, dispersa en pequeñas islas incomunicadas y en cada una, una patria en la que puedo ser yo, cada yo.

Ésto que hoy entrego no es más que un conjunto de instantes congelados, fotografías veladas de visiones fugaces de lo que por dentro soy. Pequeños intentos desesperados de hallar respuestas a la gran pregunta eterna de “¿Quién soy?”. Porque soy eso, solo momentos que se evaporan en mi mente ausente de memoria, que se escapan de mi red espaciada, mientras solo puedo atinar a narrarlos como conjuro a que permanezcan. Es sólo una quimera. Al final, a pesar de todo, terminaré olvidando.

Pero quedarán estas palabras, huérfanas ya de significado, ansiosas de seres que les brinden sentido. Y por eso entrego hoy al mundo, a éste mi hijo, en adopción, pues su madre terminará también por olvidarlo. Lo entrego hoy con la esperanza de que mis palabras me sobrevivan, habitadas por otras pasiones, colmadas de otro sentido. Si no lo logran, nada habré perdido, igual tengo mis códigos, mis pistas para encontrarme, mi frágil lucha contra el olvido. Cumplo con el deber de protegerlos de mi caos.

Quiero entonces agradecer a todos los que me han ayudado y alentado a cumplir con ese deber. A cada uno de los que tomaron una parte, un fragmento, y me ayudaron, con infinito cariño, a entrelazarlo como un todo, un todo amorfo y caótico en su contenido pero hermoso en su forma, un todo del que hoy me siento inmensamente orgullosa.

Soy dueña de los pedazos, pero esta obra que hoy tienen en sus manos, este todo tiene muchos padres, principalmente los míos. Este no es solo mi hijo, también es mi hermano, con todas las horas de dedicación invertidas esta obra es en gran parte de ellos.

Entre los otros se cuentan Amparito, la madrina, que lo ha guiado por el buen camino y ha sido vigía estricto de su camino a la existencia. Mhyreveán presentándolo al mundo desde su perfecta visión de amor. Don Francisco Vernaza y su equipo de LitoColor Impresores, que con infinita paciencia soportaron todos mis caprichos. Johnny Rasmussen que le dio color, que transformó en místicas imágenes los reflejos escritos. María Fernanda, acompañándome desde la creación de cada trozo, y con las vicisitudes del diseño. David Esguerra y las inacabables correcciones de estilo. Adela por poner la fecha como pretexto, Feliz Cumpleaños! Y un sinfín de seres más que ayudaron a que esta noche fuese tan feliz para mí, a que todo saliera lo más perfecto posible: ellos saben quienes son.

A todos gracias, gracias por estar aquí, acompañándome esta noche, colaborando con mi sueño de adoptar mis palabras así sea por un momento, permitiéndoles alojarse en un retazo de piel o en una estrofa de vientre. De verdad, espero que disfruten de este pequeño engendro formado de reflejos.

Muchas gracias!
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POEMAS DE LA POETA LILIANA (algunos de los leídos por ella en el evento)
Amanecer verde


Abro los ojos

Pero solo un poco

La luz tenue y casi dulce del sol recién nacido

Se cuela por la ventana

Con ella adivino el verde de tu mirada

Bajo los párpados cerrados.


Me acerco a tu rostro

Respirando ahora tu aliento

Estás ahí

Te recorro con las yemas de mis dedos

Y mis manos se deslizan por tu espalda

Pero a la vez estás tan lejos.


¿Qué miran tus ojos ahora?

Quizá el cielo rojo del sol en nacimiento

Haga fondo a tus visiones

Quizá un río de naranja añeja

Te llena con sus aguas

Quizá un ángel de negras alas

Descienda desde el cielo ensangrentado

Quizá ese ángel sea yo.


Bajo mi cabeza hacia tu cuello

Bebiéndome a suspiros el olor de tus sueños

Me presientes y te abrazas contra mi pecho

Con desespero de náufrago

Como si te sujetaras fuerte en sueños

A ese ángel negro.


¿Por qué te aferras a mí si sabes que hiero?

Si en cada mano llevo un puñal cuando te abrazo

Si mi cuerpo está cubierto de espinas

Si mis alas solo llevan oscuridad a tu alma

¿Por qué aún así me amas?


Entonces abres lo ojos

Pero solo un poco

Y es como si un amanecer verde

Se tomara la habitación.


Sonríes y besas mi frente

Y siento que puedo amarte hasta el final de mis días

Que tu sangre jamás bañará mis manos

Que no hay forma de que pueda yo herirte

Y duermo tranquila.


Sin embargo

Por la ventana entreabierta

Una ráfaga de madrugada

Trae una pluma negra.

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Penumbra de gualanday

(Parque del perro)

El violeta del gualanday se desvanece poco a poco

En esta penumbra azul

Mientras el cielo agoniza lento

En calma

Sin esos atardeceres que me hacen sangrar el alma.


Solo en el viento

Sin las cenicientas golondrinas

Para cantar este réquiem de la hora nona.


Sola en el parque

Levantando la cabeza de cuando en vez

Para comprobar que el violeta aún sigue allí.


Lo sé

No se ha ido

Es sólo que ahora hace parte de esta oscuridad:

La de la tarde

La de mis ojos

La de mi alma

Cuando te veo pasar a pesar de que no pasas

De que estás tan lejos

De mi corazón y de mi cuerpo

A pesar de no combinar con la palabra

Ahí sigue atado tu recuerdo.

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Contrabajo

Deseaba tanto abrazarte

Fundirme en tu pequeña figura

Dejando sólo un círculo de luz en derredor

Que tu brazo izquierdo

Subiera vertical por mi espalda

Hasta rodear con tu mano mi cuello

Mientras el derecho rodeara mi cintura

Ciñéndome

Como un precioso instrumento de madera.


Que tus dedos sacaran notas graves y profundas

De las cuerdas que bajan por mi columna

Haciéndolas resonar en la cavidad

Que se forma en mi estómago

Cada vez que te encuentro de repente.


Pero no pude más que mirarte

Sin atinar a decir una sola nota coherente

Sin poder unir las sílabas necesarias

Para pedirte que te quedaras

Que vertieras tus lágrimas sobre mí

Y que juntos

Hiláramos la tonada exacta que habría de exorcizar

Para siempre

La tristeza de tus ojos.


Solo me quedé allí


Desafinada.
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“Los libros de la buena memoria”
Luis Alberto Spinetta

La noche

La ciudad

Caían sobre nuestro refugio de viento

Donde la música se enredaba en tu cabello

Y los Libros de la buena memoria me llevaban lejos

A la playa donde el ciego callaba frente al mar.


De lejos te observo

Refugiado en mí regazo

Cubierto de la luz de mis besos

Con tu cuerpo

Peso cálido sobre mi ser

Iluminado por los dragones azules del firmamento.


Y en medio de la penumbra

La música llenando el espacio

El bandoneón convirtiéndose en el aire necesario

Comunicándonos sin palabras

Solo acordes lánguidos

Dolorosos

Que trastornan el alma

Estrujándola contra el pecho

Enmudeciendo en lágrimas

Ante la tristeza líquida de una voz.

Tu voz

Tu voz como un susurro

Quemando mi piel desnuda

Tu voz como una estaca

Atravesándome en una frase

Tu voz estallando en añoranzas

Haciendo mover mis manos sobre esta hoja.


Y amaré tu voz cantando mi nombre

En medio de las luces rojas y verdes

Como la princesa y meretriz

De esta pequeña historia de ficción.


Tu historia y mi historia por fin entrelazadas

Mis ojos oscuros atravesando tu azur

La miel de mi cuerpo sobre tu cálida nieve

En un cuento extraño con un largo preludio

Lleno de nombres diferentes al tuyo

Lleno de rostros distintos al mío

Convergiendo al fin en esta patria sofocante

Que hoy te llama

Te seduce.


Y me siento en esta balanza amañada

Mi peso en oro

Mi reino entero por tenerte aquí.


Pero lo sé

Debo callar

Y me lleno con tus labios para no hablar

Y te cubro de besos nuevamente

Mientras los tigres en la lluvia me hacen regresar

Tan solo a medias.


Ya no estoy aquí.

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Gotas de silencio

Gotas heladas de silencio resbalan por mi rostro

Mientras intuyo tu silueta perdida

Sacando en delgados hilos de plata

Cada palabra

Cada recuerdo

Descosiendo a trozos tu corazón

Para asegurarte que nada de mí quede.


Se encoge entonces

En la mitad del pecho

El mío ausente

Temblando ante el inevitable camino

Mil veces considerado

Trazando desvíos que caen a la nada

A realidades paralelas sin tiempo ni distancias

Donde

Como en mis sueños

Estés aquí para mí

Con el alma nueva sin tristezas ni recuerdos.


Pero despierto a los días interminables

A las calles solas de la nada

Donde mis palabras se desvanecen

Sin un solo ser que pueda comprenderlas

Te has ido tan lejos que ni ellas te alcanzan

Extraño que encontraras el punto exacto

Donde se desdoblan

Para mostrar un pedazo de mi alma.


Ahora ella

Desnuda

Ya no es nadie

Ya no es nada

Vaga invisible por esta patria que te extraña

Sin que tus ojos claros la vistan de los colores

Que hace tan solo unos días te regalara.


Mis amarillos se desdibujan

En la corriente de la lluvia

Atravesados por los hilos de sangre

Que de mis brazos brotan

Brazos espinados

De abrazar tus palabras guardadas

Esas palabras

Que como mil rosas rojas me regalabas

Perfumadas de ti

En esos cortos días

(tan lejanos y pocos parecen ahora)

En que me amaste

Días de códigos y palabras que como pan sagrado

Me llenaban el alma

Y en mitad del pecho hacían nacer poco a poco

Un corazón.


Todo esto lo arrastra la lluvia

Los días a blanco y negro

Lo arrebatan de mis brazos ya sin fuerza

Sin alimento

Y me quedo sola

Sentada en la acera

Sangrando colores

Mientras ante mis ojos

Con cada día y cada nueva palabra no dicha

La rosa pierde uno a uno sus pétalos

Y se llena más de espinas.


Sólo espero allí sentada

A que el silencio del cielo se rompa

Entonces sé que ya no habrá más esperanza.

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Lo que soy


Me aburro de lo que soy

De la parafernalia absurda de mis sentimientos

De los colores con los que adorno mi vacuidad

De los mitos que invento para glorificar mi desastre.


Me aburro de lo que finjo que soy

Del teatro que recreo para esconder que no soy nadie

Que no soy nada

Que solo me habitan pedazos de mí.


Me detesto cada paso más

Hasta reventar y acabar con todo

Destrozar el teatro

Desteñir los colores

Mandar al demonio todos mis pequeños adornos.


Pero entonces me hallo desnuda

Ser pequeño

Mísero y mezquino

Amorfo y nebuloso

Desparramándose entrópicamente

Ingrávidamente

Por los espacios de la restante vida

Mientras su núcleo pesa de amargura y sinsentido.


Me asusto de lo que soy

Y lentamente

Adorno por adorno

Mito por mito

Me armo de nuevo mi vestido

Para esconder a ese ser enfermizo.


La verdad:

Me da asco de lo que soy.

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Protégeme

(Oración para todos estos días)

“Protect me from what I want”
Placebo


Protégeme de mis anhelos

Del vacío y la muerte lenta

De la oscuridad enlazante

De la dulce ignorancia.


Protégeme de lo que quiero

De la saliva ignota

Del cielo tornasolado

De la indulgente neblina de la inconsciencia.


Protégeme de mis deseos

De bajar más y más

De no encontrar salida

Hasta no reventar mis rodillas.


Protégeme de mí

En estos días confusos

Y en los que habrán de venir

Con su malhadada claridad.


Protégeme

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Huesos

Huesos blancos o negros

Podridos o calcinados

Sólo huesos inanimados

Huesos de ilusiones y sueños muertos

Huesos que antes fueron vida

Huesos que yacen yertos.


Lo que antes fue nunca será de nuevo


Sólo huesos quedan

En este fondo negro de tumbas blanqueadas

Donde algún día

También yacerán los nuestros.
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Náufrago
Atravesando el océano ácido

Mi corazón navega sobre sus propios vestigios

Naufraga poco a poco sucumbiendo ante la bilis

Desgajándose dolorosamente

Reventándose en pequeñas ulceras

Lentamente

Minuto a minuto

Mientras mis ojos se ensombrecen

En un réquiem silencioso

Por su condena prematura.


Los sentidos comienzan a apagarse

Incapaz ya de ver

Oler o escuchar

Sólo puedo sentir

El mundo entero es un dolor punzante

En la boca del estomago

En la entrada de mi alma

Que se hace cada vez más fuerte

Mientras el ácido penetra en las heridas

Se mezcla con mi sangre y llena todo mi cuerpo.


El dolor sigue

Como un alfiler hirviente

Que una maga negra clavara

Desesperada

Una y otra vez en mi vientre

Cada vez con más fuerza y más rabia

Cada vez más insoportable

Hasta que el ácido desborda las arterias

Y llenando poco a poco mis entrañas

Amenaza con deshacer por completo lo que queda

Del navegante en carne viva

Entonces vomito para salvar mi corazón.
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Vientre De Magnolia

Cálida

Sucumbes a la pasión temprana

Te llenas de fuego volcánico

Hierve tu vientre bajo la lava fecunda

Y fértil como la tierra

Florece en ti la magnolia.

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La nueva roma

Amalgama de nostalgias

En un batir de banderas discretas pero orgullosas

Sembrando en sus semillas el amor

Por un terruño lejano y abstracto

Que sobrevive en sus corazones

Adornado con los matices de la angustiosa nostalgia

Por el color dulce que brinda a la tierra abandona

El exilio por convicción.


Qué buscas extranjero en tan áridas tierras

Colmadas de frutos de papel

Un futuro a solas donde tus hijos no pasen hambre

Para brindarles el poder

Que todo deseo cumplir hace

¿Puede llevarte a tu tierra otra vez?

¿Devolverte a caso tu juventud perdida?


Anclado por las firmes raíces de las deudas

Tus hijos sueñan su patria con un corazón dividido

Amando una tierra jamás conocida

Acariciando un idioma sin degustar el acento

Que brinda la niñez vivida


Un túnel oscuro

Con la felicidad siempre a tres pasos

Aras y aras la tierra reseca

Bajo el sol rutilante o el invierno atroz

Frutos de papel que bañas con sangre de los tuyos

Que se pierden en los reveses

De un mundo de cristal.


Qué es este futuro hecho de espejos y luces

Con felicidad etiquetada y debidamente certificada

En la total oscuridad de una meta solitaria

De tener para intentar ser.


Y pierdes tu vida

Arando las hojas verdes que con el viento se irán

Acumulando razones y deudas

En la total soledad de esta patria de nadie


La nueva roma impone sus leyes

Empeña tu alma

Y compra una casa de hermosas verjas blancas.

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"Subió" a esta Bitacora: Gabriel Ruiz , NTC … Cali, Junio 24, 2.007