Publica y difunde: NTC …* Nos Topamos Con …
http://ntcblog.blogspot.com * , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia,
VIDEO ( 5:26 min) http://www
http://www
http://www
VIDEO: http://www
https://picasaweb.google.com/
.
Allí las fotografías anteriores ampliadas y otras.
-----
Fotografías y multimedia: María Isabel Casas R. , de NTC …
++++
TEXTOS :
(Próximamente otros).
-----
Para Luz María, Clemencia y Juan David.
Por José Zuleta Ortiz.
Recuerdo con placer el miedo que sentí la primera vez que leí en público. Lo mío era la comodidad del anonimato. Escribía en la cómoda estancia del onanismo porque era necesario hacerlo, porque nada podía evitarlo, sin preocuparme de si lo que escribía está bien o mal. Esa feliz, adánica manera de escribir, se derrumbó el día en que, después de muchos años de placeres solitarios, me vi ante una extraña invitación a leer en público. La perspectiva de exponer a otros mis íntimos sucesos me aterró.
Cuando releí lo que iba a ofrecer, aparecieron con una nitidez milagrosa todas mis taras y excesos, los innumerables y abrumadores desaciertos. Quise que me tragara la tierra. Sabía que lo que iba a hacer era un acto irresponsable, y más que nada, un acto de superflua vanidad.
Pero había dicho que sí. Me apliqué a corregir, busqué ayuda, compartí a un amigo escritor, lo que pensaba leer. Él, con su habitual serenidad tomó en sus manos el que pensé era mi mejor logro literario. A continuación vi con terror cómo rayaba con un bolígrafo rojo cada línea de mi escrito. El texto quedó lleno de tachones y marcas. Al final el poema parecía una criatura agonizando en medio de la sangre y los cuchillazos propinados por su primer lector.
No tengo con qué pagar aquella matanza.
Aprendí que cuando un texto busca otros ojos, otros oídos, entra en el mundo de lo que ya está escrito, y se sitúa en un escenario en el que muchos grandes talentos han desplegado sus alas: entra en el mundo de la literatura. Nacer como aspirantes a escritores es algo apabullarte, pero si ya hemos dicho que sí, entonces comenzaremos una larga, si se quiere infinita tarea; la de aprender a desprendernos de nosotros, de nuestra vanidad, de nuestras aparatosas grandilocuencias, y más que nada, de la ilusión inicial que se complacía con el valor íntimo de nuestros escritos.
Lo que trato de hacer en el taller que dirijo en la biblioteca es ayudar a otros a desprenderse de sí, procurar que encuentren sus limitaciones, que aprendan a reconocerlas y logren comprender que escribir es una lucha contra uno mismo. Contra nuestros prejuicios, contra nuestras verdades, contra nuestra vanidad. Contra el lastre que acumulamos al ser más orales y razonables, que libres.
Hoy presentan sus trabajos de poesía tres escritores de mi taller. Clemencia, Juan David y Luz María. A ellos pido que tomen esta lectura como parte de su trabajo de aprendizaje. Leer en público es parte del asunto a la hora de testear nuestros textos.
Les he repetido que el único taller es el texto en el que trabajamos y el mejor maestro, aquel que es capaz de confrontarnos, de exigirnos, de decirnos que no. La calidad de un texto reside en gran parte en el nivel de autoexigencia que tenga el autor. Así, de la calidad de su propia crítica, dependerá la calidad de su escritura.
José Zuleta
+++
Próximamente: Textos de Amparo Romero y de Luz María Chavarro.
-
POEMAS DE Clemencia Gálvez Buitrago
---
BESOS Y ADIOSES
Del fragor de la noche estabas hecho
Cuando tu silueta surgía…
Vendaval de besos y adioses,
Aún navegas en mis mares,
Esperando
a ver qué puerto perdido de las costas
Persiste en su existencia,
pese a todo…
-
EL SEÑOR DE LOS MUSGOS
Tomás, hombre sin tiempo. ¿De dónde viene tu palabra que me arrulla?
La misma que se acuesta en el verde piso de tu casa,
pasos grandes de generosa huella marcan la tierra cuando pasas…
Crisantemo hay en tus manos de besos de amapola.
En tu pared está colgada la tierra y su secreto,
La cueva y el dragón que habitan el sueño de los duendes
son tu cama y almohada.
el musgo húmedo del bosque te abriga en las noches de luna
cuando cantas al fuego con los otros.
-
TIEMPO DE SIRENA
He aplazado mis valijas
Para mañana en la tarde,
espero en la ventana que tu sombra
Se dibuje en el rectángulo de la acera.
Un tiempo de sirena fue el que guardó
Tus versos, los mismos que ahora
nos esconden entre las cenizas.
La tarde llega y el sol tímido de hoy
Se acuesta sobre un lecho frío
tendido de margaritas.
-
ESTA NOCHE
Imagino la silla.
La sombra de tu cabeza en el vidrio de la ventana.
La luz tenue tras la sombra de tu mano
En el mapa de la noche,
Los grillos danzan el perfecto desorden de tu casa,
Tu ropa se desgrana
Sobre Cortazar, el cómplice…
tu espalda derramada,
profunda, procaz en la ciénaga del sueño .
Sigo la huella de tu brazo
Hasta llegar a tus dedos
soldados
Durmiendo eternos
sobre la alfombra de otra piel.
-
LA VISITA
He venido hasta tu casa.
En el camino mariposas han salido al encuentro,
Ellas me han contado de tu sueño,
De estrellas que te alumbran,
De tu cama y secretos
De la noche oscura
Que te asedia.
Has inundado el cuarto
Con la música de los pájaros del bosque
Y las semillas muestran el camino del sol.
No necesitas hablarme
Yo te leo,
tú lo sabes.
Ahora sé que vine para abrir mis manos
Y recibir un ramo de eucaliptos.
-
AQUÍ ESTÁ LA CURA
Vine por el conjuro presagiado.
En el mate está la pócima…
tus dedos de gigante,
Presos de tu mano
Dormitando
En la espesura de mi pelo,
Una toma de besos
Me arrincona,
Y yo me conmuevo como una estrella cuando llora.
-
UNA HOJA CAE
Ayer lo supe.
Albergo el sueño de las hadas que
Danzaron en mi cuna desde niña,
jugué con ellas
en el jardín de los elfos
entre los musgos y el agua cristalina.
.
Un mago
me hizo de su reino,
cautiva eterna del secreto,
polvo de nube cayó sobre
los ocres,
una cárcel de silabas se tendió
tierna milenaria
sobre mi
voz,
la misma que se abraza al cadencioso
palpitar
de la montaña.
-
UNA
A veces soy niña
De preguntas insolentes
Ringlete y caramelos.
Otras veces anciana tejido de colores
Que se asoma a la puerta
De la casa del viento.
Me siento gitana de magias
heredadas,
soy sirena
Acompañada de caballitos de mar,
Llevada a la cueva
De un océano misterioso.
Otros días habito en
la negra sinuosa y fuerte.
Y mis manos que traen los colores
De palma, se entrelazan en la
entrega del mercado.
Soy negra, bruja, hereje, niña, vieja, sirena, gitana…
Todas me hablan,
Con todas sueño,
Con todas juego a la ronda
Para alcanzar el respiro
Que me quitan
Un torbellino de nostalgias que me
habitan.
-
SUSURRO
Para Marcela
Tu imagen de mañana, girasoles y muñecas,
lazos rosados atados por los sueños.
El furtivo beso tras la puerta,
Humedad, comisura,
Pieles que se cruzan.
Los cuerpos se deslizan,
Carmín de labios, coral de fuego.
Un día tibio de abril el espejo te desnuda:
la flor estalla tu vientre, tu sin saberte.
Yo en mi insomnio veo tu pálida sonrisa,
…me dejas tu espalda de niña
Y unos pasos que te acusan
De madre,
Sin saberlo.
-
LIBÉLULA
Voy a tratar de ver mis alas,
De lanzar un rapaz aletazo que despierte
Su apacible descanso…
dicen que son grandes,
sólo esperan mi vaho
Para definir su curvilínea voluntad de ser gaviota.
Ahí está mi brazo, que se tuerce,
Pero ellas
se esconden,
Tras mi espalda
que no es otra.
-
UN PASO
Esta ciudad me duele y canta
Cuando yo la navego,
Sus paredes derrumbadas
Hechas de madrugadas, besos en la esquina,
Salgo. Siento sus caricias
En mis piernas y mi falda.
Con su brisa de tibia costurera
su piel de timbal me abraza,
Constelación anónima de rostros
de una guerra ajena…
Esta ciudad ingrata apasionada,
Que me enseñó de amores y de olvido.
-
.
POEMAS DE Luz María Chavarro.ANCESTRO
Néctar en el umbral de la lengua
sorbo de besos para despertar anhelos
tinta negra sobre lienzo de sol.
seductores secretos en una taza
confidente en largas lunas
abrigo azul de ojos cansados
dulce tu amargo en días de penumbra.
Catador de placeres
de amores desteñidos
medicina para el alma.
Aroma ancestral
impregna los huesos.
-
HIERBA TEJIDA
En el árbol florido
la suntuosa cosecha.
¡Es hora de soltar!
nuestras hijas,
el viento aplaude en las ramas
y ellas, entregan el tesoro.
Viajan por septiembre
de color tiritando
abrazan la hierba
deseosa de abrigo.
Sobre el chal
los ojos del transeúnte
se cierran a tiempo
enmudecidos.
-
NOCHE
Llueve
cada gota vuelo
de gráciles pies.
Llueve
sobre paraguas
ojos y dientes extasiados
iluminan la escena.
Llueve pasos
serios, vacilantes
recién llegados a la vida
forasteros.
Llueve
gotas se hacen espejo
fulgor de los cuerpos erguidos
embrujo suspendido en aplausos.
Llueve…..
-
EL DÍA VA A DESCANSAR
Tintineo de llaves en la cerradura,
restos de tarde en el desayuno,
huye una mosca
la planta ilumina el estante,
se balancea la cortina y toca su frente
- única caricia que ha tenido hoy-
en la canela, el olor del pasado
también el polvo
los cuadros vacíos
el anillo marcado,
Íntima su espalda en la pared
la mirada fija sobre el tejado
se entrega al ensueño.
-
RASGADURA
Agujero negro
camino salado donde se pasean los semblantes
¡Esas figuras!
sombras palidecidas.
Verte así duele,
voraz loba de la oscuridad
rasgadura-herida.
Quisiera arrojar mis ojos enardecidos
al acantilado que me deslumbra.
¡No, muerte no!
recojo las vestiduras,
las cenizas
y esta visión reposada en la tierra.
-
CANASTO Y PAN
Inicia el día,
la tela en el canasto
bordea redondeces
¿qué traes?,
la madrugada en los ojos.
El dorado sabor a leña
visita cada casa.
Así creció
junto al viejo canasto.
-
LA VID CADA MAÑANA
1
Se agita entre velos, la llama
el cuerpo, playa desierta
huella del tiempo
piedra en espera de nubes.
2
Trenzados en la boca
el abrigo ensortijado,
la piel sonrojada
vértigo del cuello
camino frágil hacia el mar de lava,
el sabor encurtido de tus labios
paraje obligado en el descenso
por el pliegue de tus ondas,
en ellas se sumerge la vid cada mañana.
3
Atardecía,
vientos fuertes
sonrisas
miradas profundas
el rosado en las mejillas
el vaivén de sus caderas
fuertes vientos.
-
LADRÓN
¿Te conozco?
carcelero de ansias
vienes a mí cada noche
apagas con tus dedos la única vela
tras la puerta dejas azufre
ríes cuando en la oscuridad me pierdo.
Quiero decir no
¡deja ese libro, no toques mis cosas!
estoy sola, en pie
antes de ti
con la vela apagada.
.
Poemas de Juan David Ochoa.
el día crucial sobre las eras y los tiempos,
la gracia de palpar el límite febril,
el aura de la convicción,
la última serenidad.
Pero los vértigos declinan con los cuerpos
y los siglos caen con la luz,
los hombres no ascienden en la estela ingrávida del tiempo,
la última tarde se comprime con la sangre desbordada
entre la guerra del silencio y la miseria,
y la zozobra es el espacio, la órbita, la tierra
y los estruendos del sexo y las estirpes de la carne.
Las horas se eliminan con los vientos sugestivos
y el calor de las mañanas incendiarias.
La euforia disminuye sobre rieles
en que un tren apagará todos los brillos y la historia
Ráfaga del verbo
La compresión vertiginosa de los poros y la voz,
el hermetismo de la luz,
las convexas palabras
y las piedras primigenias en las silabas
como las anclas nocturnas de las bestias
en el mar antiguo,
Como las grávidas afrentas del espacio
hacia las criptas del nombre y la memoria.
Perturbación,
Tribulación en la fragilidad del vientre.
Que la corteza enfebrecida de la tierra azuce los instintos
y la energética saliva
y la electricidad secreta de la sangre,
que los cimientos líquidos de la inestable y depresiva tolerancia
se desprendan de la sien y de destrocen,
que los truenos perversos se sumerjan
en la bruma del pulmón,
que se incendie el cerebro
y la ancestral genealogía de los nervios,
que la humareda del desastre trascienda las fosas de la piel
y acapare los rostros, el confín y los olvidos,
que el trémulo sonido del yo mute en disparos.
Las hecatombes resonando
en la insonora bóveda del cuerpo.
--
Esquirla
un segundo
y la explosión del parto de la luz y del sonido.
La sangre longeva, el agua ineluctable,
la corriente evolutiva del estruendo
entre los ritmos y la voz por un segundo.
La euforia, la histeria, la ira y la zozobra,
La depresión por el segundo del átomo implosivo,
los ficticios y profundos precipicios del ensueño,
la expansión de la demencia etérea,
la nimia destrucción de los castillos y los muros en el mundo
Y Las estelas del suceso y la alejada rimbombancia de la acción,
El geométrico caos.
Toda la evidente abstracción
Por esa esquirla sublevada entre el espacio
--
Ruido
La tenue voz,
atrás la historia de sus ríos,
su historia de guerras expandidas,
escándalos de antigua euforia por el grito principal
en que otro signo ensancharía la articulación
y elevaría los incendios de la lengua.
Su rimbombancia sorda en la caverna inicial,
los balbuceos de los egos comprimidos en la piel,
aprisionados en el pulso.
Cuando la grieta del silencio
Desató las lenguas y los timbres,
el ruido de la carne hizo del viento
la evidente desazón de los sonidos
25 de Agosto, 2011, Cali, 6:00 PM
No hay comentarios.:
Publicar un comentario